Sin esta, las relaciones se dañan usualmente no por malas intenciones sino solamente por falta de habilidad para comunicarse apropiadamente. Algunos son comunicadores pasivos y usualmente no piden lo que quieren o no saben cómo hacerlo. Otros por su lado son comunicadores agresivos. Estos utilizan la comunicación com un mecanismo de defensa o de opresión. Su comunicación tiende a la intimidación y al control de su interlocutor.
Al final, los que son asertivos, los que han encontrado un punto medio entre estos dos estilos opuestos.
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Una buena comunicación nos ayuda a transmitir todo aquello que deseamos transmitir. Nos ayuda a lograrlo sin confusiones ni malos entendidos, sin reservas y con toda claridad.
Comunicar con claridad no es decir las cosas como las sentimos, sino tener la habilidad de dejar de lado lo que sentimos para hacerlo de una manera premeditada y constructiva.